miércoles, 30 de marzo de 2011

Tarde

Vivimos pensando en que es tarde. Al menos es mi caso y no creo ser el único. Se hace tarde todo el tiempo y mientras más pensamos en eso, más tarde se hace.
Pensarán que es una reflexión vacía, si. Pero me preocupa. Y más, por el hecho de saber que no hay solución y que solo está en nosotros. El desafío ahora es encontrar la receta para sentir que el tiempo no nos pone de culo contra la pared.
En fin...hoy también se me hizo tarde. En el trabajo, la productora me corría para todos lados para que de una buena vez salga a la calle a realizar mi labor. Pero no dependía de mí sino de mi compañero. La culpa cae sobre mí y me afecta sobre manera.
La máquina avanza y es el único bien que no se recupera. Como dice Papá: "alguna vez te preguntaste porque carajo hay que pagar para ir en autopista?. Es simple, porque uno gasta menos tiempo.

domingo, 27 de marzo de 2011

La próxima, sin árbitro

La actividad dominguera señalaba con antelación que me iba a tocar cubrir Gimnasia-Guaymallén. En el parque General San Martín y a puertas cerradas. Todo este acontecimiento, para algún desprevenido, sucede en el marco del torneo Argentino B. Tercera categoría del futbol del interior del país.
Así fue. Después de un finde agitado, llegue a al canal a las 16 y partimos con mi compañero camarógrafo Marcelo Mala. La cita deportiva arrancaba a las 17.
Llegamos, saludamos a los colegas y efectivamente. La imagen era la misma que la de un martes a la mañana. Con la diferencia de que había más policías que civiles. (Aunque el olor de las heces de sus caballos me invadieron todos los sentidos asique no se fíen del dato)
Sin público de ningún bando, pero sí con la presencia de dirigentes y allegados a cada institución.
Por antecedentes aparentemente conflictivos y/o violentos entre ambos equipos, este domingo 27 de marzo el estadio Víctor Legrotaglie era una postal que solo ofrecía, a cada vistazo, más y más cemento pintado de blanco y negro. De vez en cuando me gusta volver a las canchas porque uno ve cosas insólitas, como esas.
 De un lado el local Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Del otro, Guaymallén. Ambos peleaban, obviamente, por mejorar su situación en el Argentino B. El Lobo pretendía las 3 unidades para quedar a un paso de la siguiente ronda. Mientras, el Gueyma, modestamente, quería engrosar su cosecha. Hacerse bien gordo de puntos y no caer en ese agujero de trayecto irreversible llamado descenso.
Pitazo de un tal Andino, oriundo de San Martín, y acción en el verde.
La cancha estaba en buenas condiciones asique no se pudo percibir esa nube espesa de tierra (terragal) que acondiciona cualquier acontecimiento de ascenso. En resumidas cuentas, el pasto estaba lindo. Apto.
Nada, nada y nada. Hasta los 34 del primero.
Entre tanta fricción, aspereza y maltrato (a la pelota y entre los jugadores) Andino hizo sonar, una vez más el silbato. Era foul sin pelota. Claro. Pero nunca como para expulsar el hombre de Gimnasia. El acrílico colorado bien alto le indicó a Pereyra que su tarde había terminado ahí. Los dirigentes del cuadro local, lejos de adoptar conductas de tales, empezaron a putear descomunalmente al colegiado. Es que previo a ello hubo faltas claras, con penales inlcuídos, que no se pitaron; y la roja hinchó la paciencia de todos. Acto seguido, tiro libre para Guaymallén. El visitante Devia envió la bola al área y ese negro guerrero que tiene Cacique de nombre Emanuel Sesma, le dio impulso letal. Gol y escándalo. 1-0. Los hinchas/dirigentes prosiguieron puteando al juez, con razón y desmesura. Y este Andino, los ignoraba. El show verbal se truncó cuando este grupo de personas reemplazó la palabra "Puto y ladrón" por GOL. Otro negro corajudo, Mario Marchetti, puso las cosas 1-1 antes del cierre de la primera, de tiro libre...de rastrón al segundo palo.
En el segundo, al minuto, Gimnasia pasó al frente. Por la misma vía y con la misma pluma. La de Marchetti. 2-1 el local.
Los señores dirigentes, para no cortar la cábala, siguieron insultando al juez Andino (reitero, con razón) pero ahora los insultos eran más bien burlescos. Es que, honestamente, los gritos llegaban hasta la médula de cualquiera, puesto que el bullicio habitual estaba ausente (o contenido y disperso en las inmediaciones listo ante cualquier "emergencia").
Pero falta lo peor, o lo mejor, o el final. 45 minutos de la segunda mitad. Desborde de la visita, que de manera empedernida quería el empate, pelota al área, rebotes, patadas al aire, hasta que una le dio de lleno a la bola. Otra vez el santafesino Emanuel Sesma. GOL. Con el puño apretado, el central gritó el empate que fue seguido por el pitazo final.
En las gradas comenzó otra vez el show de esos verborrágicos que estaban dentro del estadio, haciendo no se qué porque era a puertas cerradas, cerradas para todos, salvo periodistas. Pero que quede claro que las puteadas al árbitro eran con absoluta razón. Y caí en la cuenta de empatizarme con ellos cuando uno de los allegados al Lobo dijo..."Andino, no nos roben más, disimulen un poquito. Para que dejan a la gente afuera hermano. Lo que hay que hacer en la próxima es jugar sin árbitro".

PD: El línea, que también fue insultado a más no poder por su impresentable labor, es hijo del presidente de la liga mendocina de fútbol. Pequeño detalle. No?

Mi primer desafío

Mis comienzos. Era pleno noviembre y hacía dos meses que había entrado al canal.
En plena redacción, mientras cocinábamos la agenda repleta de cosillas locales, levantamos la cabeza y en la tele vimos, a la vez, ese título que nunca voy a olvidar: "Trasladan a Sandro a Mendoza".
Mientras se me cruzaba por la cabeza cómo haría yo esa cobertura que, convencido estaba, jamás iba a tocarme (por novato), llega mi jefe y me dice: Lucas, está llegando Sandro. Sí, lo estoy viendo, como vos.
Volemos al aeropuerto, me dice.
20 de Noviembre de 2009. No lo noté muy convencido. Es que no había muchas más alternativas, aunque sí las había.
Improvisamos una cobertura para estar a la altura de las circunstancias. Claro, Mendoza, Argentina y Sudamérica apuntaban sus ojos hacia el modesto aeropuerto Francisco Gabrielli que esa mañana se lleno de cámaras (y morbo), más que nunca.
Hasta que a media mañana llegó el Gitano rodeado de médicos, cables y aparatos. No era casualidad que la nave que lo transportó se llamara LJ no se cuánto. Nunca nadie pudo inmortalizar ese momento. Dicen que pesaba 40 kilos y que estaba demacrado, dicen.
Inmediatamente, lo subieron a la ambulancia y allí sucedió la postal imborrable. La camioneta del Hospital Italiano llevando (como carga) la esperanza de miles de fanáticos que seguían el minuto a minuto del suceso.
Partió la caravana. A mil por el Acceso Norte. custodiada por decenas de policías motorizados que, a su paso, inmovilizaban el tránsito.  Destino: Hospital Italiano.
Entretanto, nosotros seguíamos haciendo vivos y estirando como podíamos, hasta tanto llegue el otro avión con los órganos que le iban a trasplantar (pulmones y corazón). Ex propiedad de un joven de 22 años de quien tampoco se supo nunca la identidad. El aterrizaje de la segunda aeronave ocurrió media hora después, a lo sumo.
En el piso estaba esa generosa compañera que es Daniela Galván.
Otro de nuestros equipos periodísticos encabezado por Laura Rez Masud estaba en la puerta del nosocomio, aguardando por el ingreso de la caravana que era noticia mundial. Los profesionales, aseguran, son los mejores de nuestro país y era la última chance que le daba la vida a la salud de ese hombre que vivió bien vivido.
A Sandro lo operaron ese mismo día. 5 horas de intervención. Todo parecía viento en popa. En la primera conferencia el equipo dijo que hay que esperar 48 horas, que nada estaba asegurado.
Pasaron. Y pasaron 45 días más, hasta que no pudo más. 45 días en los que este humilde servidor estaba desde la mañana hasta el mediodía en la puerta el hospital de Guaymallén para contarle a la provincia, en directo, las novedades de la salud del Gitano. Que si comió lasagna o ravioles. Que se peinaba, que escribía en un diario íntimo. En fin, todo eso que nunca nadie sabrá si fue o no cierto.
El murió. Y honestamente, su música nunca me movilizó. Pero su desgracia fue para mí un inmenso aprendizaje. Así como también lo fue para todos los que vivimos de la noticia.
Todo el recuerdo a Sandro de América, en esta imagen.

Debut

Costó pero arranqué. Ante todo, aclarar que esta es mi primera publicación. He aquí el fundamento principal de lo escueto de estas líneas.
Voy por más, mucho más. Hay mucho para compartir y estar aquí es un gran paso!
Saludos y nos estamos comunicando!